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Madrileños Ilustres: Perico Chicote
Empezamos una nueva línea de post en la que os vamos a contar brevemente la vida de determinados personajes que, bien por su aportación intelectual, social o histórica, se han ganado popularmente la denominación de “ilustres”. Todos ellos tienen algo en común: son nacidos en Madrid.
No podemos entender la vida social madrileña, ni nuestra reconocida “cultura de bares” sin nuestro maestro barman y restaurador don Pedro Chicote (Madrid, 13 de mayo de 1899– Madrid, 24 de diciembre de 1977). Nacido en la castiza calle del limón y de familia humilde, tuvo que mantener a su familia desde niño. Con tan solo ocho años ya trabajaba como ayudante de bar en el madrileño mercado de los Mostenses. Después, poco a poco, y tras numerosas dedicaciones (botones, repartidor de telegramas…) fue adentrándose cada vez más en el mundo hostelero, desde la cervecería Mahou de la calle Amaniel hasta el Hotel Ritz, en el que empezó como botones y terminó como encargado.
Durante las vacaciones, trabajaba como ayudante de barman en los casinos de moda de San Sebastián y Biarritz. Es así como nuestro protagonista empezó a darse a conocer y adquirió una enorme popularidad entre las más altas esferas de la sociedad. Luchó en la dura campaña de África y terminó sirviendo a los oficiales del Estado Mayor. Después del mal trago africano fue jefe del recién inaugurado Hotel Savoy, junto al Museo del Prado y en 1924, se trasladó a la ciudad de San Sebastián. Es allí donde empieza su etapa más empresarial a caballo entre Madrid y la capital guipuzcoana.
A finales de la década de los años 20, Chicote era barman jefe de los locales más de moda de la capital y ya se relacionaba con toreros, literatos y artistas de la época. Durante la Guerra Civil regentó un bar en San Sebastián, también llamado Chicote y no es hasta el final del conflicto en 1939 cuando regresa a la capital.
Después de la guerra, regentaba tres bares en Madrid. El suyo, en la Gran Vía, (Bar Chicote), el de Las Cortes y el de La Gran Peña.
En 1940, mientras su popularidad seguía creciendo, inauguró su famoso museo de bebidas (que había empezado a coleccionar en 1917, durante su etapa en el Hotel Ritz). En 1958 el museo contaba con 18.312 botellas ordenadas por países, algunas de ellas, ejemplares únicos.
Figuras como Ernest Hemingway, Frank Sinatra, Ava Gadner o Sofia Loren desfilaron por sus locales hasta que a partir de los años 60 la fórmula de “bar americano” empezó a pasar de moda. Su talento para las relaciones públicas, su ingenio, su memoria visual, su discreción y exquisito trato con los clientes, se convirtieron en el cóctel perfecto para su triunfo profesional.
Una de las figuras más ilustres del pasado siglo que cambió el concepto de taberna clásica
por el de moderno bar de estilo americano en el que cualquier personalidad tanto nacional como internacional del cine, la literatura y las artes plásticas, acudía para deleitarse con uno de sus 873 cócteles registrados, llenando de glamour la noche madrileña.
Un madrileño ilustre, que vivió en la calle Princesa, en pleno barrio de Argüelles, y cuyo bar, el bar Chicote, fue símbolo del despertar cultural del ocio madrileño durante el siglo XX.