Perseidas 2019: ¿cómo ver la lluvia de estrellas en Madrid?

Como todos los años, la lluvia de estrellas es una de las citas más esperadas en el calendario y a la que cada vez se suman más adeptos. Ya sea un amante de la astronomía, curioso por naturaleza o que te pilla justo de vacaciones, es un espectáculo digno de ver.

Aquí os dejamos todo lo que tenéis que saber acerca de los Perseidas y de cómo disfrutar viéndolas.

¿Qué son?

Las Perseidas o también conocidas como Lágrimas de San Lorenzo (por su proximidad con la festividad de este santo el 10 de agosto) son una lluvia de meteoros de gran actividad y es la lluvia de estrellas más conocida y popular.

Esta lluvia de estrellas tiene lugar en el Hemisferio Norte y coincide con el mes de agosto. Al poder presenciarse en este mes y época del año, la visibilidad es mayor, gracias al cielo despejado, es más fácil contemplar este espectáculo en todo su esplendor.

¿Cuándo se ven?

Aunque el periodo para poder verlas es bastante amplio: del 13 de julio al 26 de agosto, lo cierto es que la fecha clave para poder ver las Perseidas se concentra en un día, más bien en una noche.

La madrugada del 11 al 12 de agosto será el momento de mayor visibilidad y cuando mejor podremos apreciar la lluvia de meteoros.

Características

Estos meteoros pueden alcanzar una velocidad de 59 kilómetros por hora. Y, a pesar de ser uno de las tres lluvias de estrellas más importantes, no puede observarse en regiones australes (Patagonia chilena) ya que el Ecuador llega sólo a 32º de altura.

¿Dónde observarlas?

Las mejores condiciones para ver bien las estrellas fugaces son lugares que estén alejados de grandes núcleos urbanos, que no haya contaminación lumínica y que no tengamos ningún obstáculo que nos impida ver (mejor en sitios abiertos).

Si miramos al cielo en la madrugada del 11 al 12 no necesitaremos material como telescopios prismáticos, puesto que es el momento donde mayor cantidad de meteoros podremos observar a simple vista.

¿Cómo observarlas?

Primero, debemos de colocarnos de tal forma que estemos cómodos, lo mejor es tumbados ya sea en una tumbona, una silla de playa o encima de una manta en el suelo. Una vez acomodados, tenemos que esperar a que nuestra vista se acostumbre a la oscuridad.

La paciencia es un factor decisivo puesto que los meteoros pueden aparecer seguidos o puede pasar tiempo hasta que volvamos a ver otro. También es importante abrigarnos aunque estemos en verano, ya que estaremos al aire libre en las horas en las que empieza a refrescar.